Sustitución de consumos: coronavirus, alcohol y fármacos.

Los efectos que las sustancias de abuso tienen varían entre sí, aunque sus reacciones se pueden agrupar en tres grandes categorías: por un lado, estarían las drogas estimulantes (cocaína, anfetaminas, nicotina, cafeína), por otro, las drogas depresoras (alcohol, heroína y opiáceos, medicamentos tranquilizantes), y por último, las drogas que alteran la conciencia (cannabis, alucinógenos, inhalantes).

Sin embargo, cuando el consumo avanza y se convierte en un abuso o adicción, cualquiera de estas sustancias pierde sus efectos en el individuo (mecanismo de tolerancia, que hace que nuestro organismo anule los efectos de la droga como forma de protección), por lo que al final, toda clase de consumo prolongado y abusivo adquiere un valor de alivio o evitación del malestar. En efecto, la persona adicta sufre cada vez con mayor rigor el malestar de la abstinencia, la necesidad de sustancia en el organismo, y todo consumo, por reducido que sea, alivia ese malestar, lo reduce por un tiempo. Pero alivio no es placer, es simplemente reducción del malestar.

Por eso, cuando un adicto a una sustancia en concreto, por ejemplo, alcohol o cocaína, no dispone de ella o no la puede conseguir, echa mano de cualquier otra cuyos efectos puedan ser similares, o simplemente le permitan alcanzar esa reducción del malestar por no disponer de su dosis.

Es frecuente que los adictos a opiáceos se sirvan del alcohol o de los medicamentos tranquilizantes como sustitutivos, o que los cocainómanos puedan echar mano de las anfetaminas. Pero, en cualquier caso, cuando el malestar por la abstinencia es intenso, el uso de sustancias como el alcohol o los porros es muy frecuente, dados sus efectos anestésicos.

Este fenómeno que los expertos en adicciones conocen muy bien se ha puesto de actualidad a raíz de la crisis por el coronavirus. Y es que a raíz del confinamiento que hemos sufrido, numerosas personas, consumidores frecuentes o adictos a ciertas sustancias, han visto como durante semanas era casi imposible acceder a ellas, con lo que ha aparecido un importante consumo alternativo principalmente de alcohol, pero también de fármacos.

Así lo ha constatado La jefa de la Sección de Adicciones y patología Dual del hospital Vall d’Hebron de Barcelona,  Lara Grau, quien ha advertido que las personas con adicciones a las drogas consumen durante el confinamiento un 80 por ciento más de alcohol y un 30 por ciento más de fármacos.

«Al no poder acceder a la sustancia que consumen habitualmente, han empezado a tomar otras que son más accesibles. Se han incrementado, por ejemplo, las prescripciones en farmacia de las benzodiacepinas, un medicamento que puede actuar como sustitutivo», ha explicado a Europa Press.

Esta es una de las razones por las cuales cualquier tratamiento para la desintoxicación y abstinencia debe contemplar el abandono de consumos de toda sustancia, ya que de no ser así, los consumos aparentemente secundarios o considerados “no peligrosos” pueden llegar a ocupar el lugar de la adicción dominante hasta ese momento.

 

Fuente: https://www.europapress.es/catalunya/noticia-adictos-drogas-consumen-mas-alcohol-farmacos-confinamiento-coronavirus-20200413104157.html

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