El papel de las familias para salir de una adicción
Las familias son una de las partes implicadas en cualquier caso de conductas adictivas. Su presencia cercana y constante les hace testigos directos y a la vez actores principales dentro del entramado de relaciones de la persona consumidora.
Con los problemas de adicción, aparecen en la familia toda una serie de conductas disfuncionales que deterioran seriamente su estructura: discusiones frecuentes, mentiras y engaños por parte de quien consume, desconfianza, reproches, agresiones, robos, miedos… la espiral de agravios y daños es cada vez mayor, y ningún miembro de la familia consigue quedarse al margen, por lo que el amor y la afectividad dan paso a una situación marcada por actitud policial de vigilancia obsesiva, interrogatorios y enfrentamientos que destruyen la convivencia.
Por si fuera poco, los diversos intentos de ayudar que se han podido llevar a cabo han puesto al límite la situación de la familia cuando no dan el resultado esperado y la persona con problemas de adicción vuelve a recaer, derrumbando las expectativas de los familiares.
Es por ello que el papel de la familia es esencial en la recuperación de una adicción: si no se cuida su estado, se corrigen las disfuncionalidades y se curan sus heridas, la persona desintoxicada se encontrará con un muro de desconfianza que en lugar de apoyo supondrá un factor de recaída.
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